La cuarentena derivada del COVID 19, que estamos viviendo, nos ha enfrentado a diversas dificultades, entre ellas la administración de las múltiples tareas que como adultos, se deben abordar al interior del hogar.
La pandemia nos recordó que la familia, en general, y los padres, en particular, son los primeros y más influyentes educadores de sus propios hijos. Esto, por supuesto, no es una herencia del coronavirus: es, como ha sido desde el principio de los tiempos, el derecho de nacimiento de todos los niños y niñas.
En este contexto, se hace necesario que recordemos que cada familia debe proporcionar bienestar a los niños, niñas y adolescentes (NNA) que la componen, velando por el cumplimiento de los derechos que ellos tienen.
En nuestro rol de educadores, el colegio ha generado diversas estrategias para llevar a cabo el proceso educativo a distancia, para los estudiantes, desde la implementación de plataformas para el aprendizaje y la comunicación, hasta acompañamientos personalizados para aquellos que han presentado dificultades, tanto a nivel académico como emocional. Pero, todo esto requiere un trabajo en conjunto con la familia, el que en nuestro caso, a dado frutos, a través del esfuerzo de todos los involucrados, principalmente el de los estudiantes.
Sin embargo, se hace necesario desatacar que los padre son los principales responsables de velar por el cumplimiento del Derecho a la Educación, de sus hijas y/o hijos. Si esto no se cumple, se está incurriendo en la Vulneración de un Derecho Fundamental que tienen los NNA.
Depto. Convivencia Escolar, área de Psicología